martes, 28 de mayo de 2013


CORPUS
{Irma Peirano}

Ocurre a veces mirar, en un tobillo
delgado y trasparente, la rama de una vena,
la sangre compulsada igual que nuestra sangre
expresando lo íntimo de nuestro pensamiento.
Miramos entonces, como por vez primera,
esa revelación de lo nuestro
partiendo de otro cuerpo.

Con la misma viva, cálida temperatura
con que avanzamos a través de los días,
avanzan a semejanza nuestra,
desconocidos hermanos
tenidos por ajenos, separados,
suponiendo lo extraño
donde estaba lo propio.

Tú, que mueves por la ciudad tu paso,
que agitas caminando tus manos
–cinco, diez dedos uniformes, copiados de los míos–
eres tanto yo misma como yo soy tú mismo.
La verdad es directa como la luz del sol
cayendo sobre hombres y cosas.
Similar es el paso, similar el aliento,
la forma –plena forma ciñendo los sentidos–
también es similar, de similar destino.

En lo poroso de tu piel penetro y me penetras,
en lo vital de tu sangre vives y me alimentas.

Mi criatura, mi igual, espejo de mi tiempo
en mi mismo dolor y con mi mismo anhelo.


Pintura: "Mirar" {Susan Madsen}

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