viernes, 9 de agosto de 2013


MANTENIENDO LAS COSAS INTACTAS 
{Mark Strand}


En un campo
yo soy la ausencia
de campo.
Esto es
siempre así.
En donde esté
soy lo que falta.

Cuando camino
parto el aire
y siempre
el aire viene
a llenar los espacios
donde ha estado mi cuerpo.

Todos tenemos razones
para movernos.
Yo me muevo
para dejar las cosas intactas.


Fotografía: Jean-Paul Bourdier

martes, 28 de mayo de 2013


CORPUS
{Irma Peirano}

Ocurre a veces mirar, en un tobillo
delgado y trasparente, la rama de una vena,
la sangre compulsada igual que nuestra sangre
expresando lo íntimo de nuestro pensamiento.
Miramos entonces, como por vez primera,
esa revelación de lo nuestro
partiendo de otro cuerpo.

Con la misma viva, cálida temperatura
con que avanzamos a través de los días,
avanzan a semejanza nuestra,
desconocidos hermanos
tenidos por ajenos, separados,
suponiendo lo extraño
donde estaba lo propio.

Tú, que mueves por la ciudad tu paso,
que agitas caminando tus manos
–cinco, diez dedos uniformes, copiados de los míos–
eres tanto yo misma como yo soy tú mismo.
La verdad es directa como la luz del sol
cayendo sobre hombres y cosas.
Similar es el paso, similar el aliento,
la forma –plena forma ciñendo los sentidos–
también es similar, de similar destino.

En lo poroso de tu piel penetro y me penetras,
en lo vital de tu sangre vives y me alimentas.

Mi criatura, mi igual, espejo de mi tiempo
en mi mismo dolor y con mi mismo anhelo.


Pintura: "Mirar" {Susan Madsen}

jueves, 9 de mayo de 2013



DEIDAD
{Amado Nervo}

Como duerme la chispa en el guijarro 
y la estatua en el barro, 
en ti duerme la divinidad. 
Tan sólo en un dolor constante y fuerte 
al choque, brota de la piedra inerte 
el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino, 
pues lo que en tu interior hay de divino 
sólo surge merced a él. 
Soporta, si es posible, sonriendo, 
la vida que el artista va esculpiendo, 
el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas, 
si cada hora en tus nacientes alas 
pone una pluma bella más? 
Ya verás al cóndor en plena altura, 
ya verás concluida la escultura, 
ya verás, alma, ya verás...


-Pintura: Wojtek Siudmak-


viernes, 15 de marzo de 2013


No decía palabras...
{Luis Cernuda}

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.


-Escultura: Paolo Borghi-

jueves, 7 de marzo de 2013



HEME AQUÍ RAÍZ...
{Chantal Maillard}

Heme aquí raíz, 
savia de impulsos ascendentes, 
madre aún, 
posible siempre, 
anticipada gestación 
de un porvenir intruso, 
intrusa de un presente 
que desestima 
el valor de nacer 
a sí mismo de nuevo. 
Heme aquí clavando 
mis ojos 
de savia encarcelada 
en los troncos vacíos de los árboles 
muertos, 
heme aquí creyendo, 
queriendo creer 
en la impostura de las ruinas, 
en el candor del desastre, 
el valor de lo opaco, 
la calidez del humo en los rescoldos. 
Heme aquí,
heme aquí, 
he aquí que me atrevo
a creer en las ruinas.

¡Me atrevo a creer en las ruinas!


De "Conjuros" 2001
Ilustración: Pawel Jonca


martes, 19 de febrero de 2013



NUEVOS ACORDES
{Pedro Garfias}

Sé que si le grito fuerte
el silencio se acongoja.
Sé que si la piso duro
es la piedra la que llora.
Sé que si camino aprisa
se me derrumban las hojas.
Por eso voy con cuidado,
acariciando las formas,
mirando a un lado y al otro
y respetándolas todas.
Que hay quien se duele del cuerpo
y a mí me duelen los hombres
y las cosas.


Fotografía: Claudia Imbert

sábado, 5 de enero de 2013


LAS MANOS 
{Miguel Hernández}

Dos especies de manos se enfrentan en la vida, 
brotan del corazón, irrumpen por los brazos, 
saltan, y desembocan sobre la luz herida 
a golpes, a zarpazos.

La mano es la herramienta del alma, su mensaje, 
y el cuerpo tiene en ella su rama combatiente. 
Alzad, moved las manos en un gran oleaje, 
hombres de mi simiente.

Ante la aurora veo surgir las manos puras 
de los trabajadores terrestres y marinos, 
como una primavera de alegres dentaduras, 
de dedos matutinos.

Endurecidamente pobladas de sudores, 
retumbantes las venas desde las uñas rotas, 
constelan los espacios de andamios y clamores, 
relámpagos y gotas.

Conducen herrerías, azadas y telares, 
muerden metales, montes, raptan hachas, encinas, 
y construyen, si quieren, hasta en los mismos mares 
fábricas, pueblos, minas.

Estas sonoras manos oscuras y lucientes 
las reviste una piel de invencible corteza, 
y son inagotables y generosas fuentes 
de vida y de riqueza.

Como si con los astros el polvo peleara, 
como si los planetas lucharan con gusanos, 
la especie de las manos trabajadora y clara 
lucha con otras manos.

Feroces y reunidas en un bando sangriento 
avanzan al hundirse los cielos vespertinos 
unas manos de hueso lívido y avariento, 
paisaje de asesinos.

No han sonado: no cantan. Sus dedos vagan roncos, 
mudamente aletean, se ciernen, se propagan. 
Ni tejieron la pana, ni mecieron los troncos, 
y blandas de ocio vagan.

Empuñan crucifijos y acaparan tesoros 
que a nadie corresponden sino a quien los labora, 
y sus mudos crepúsculos absorben los sonoros 
caudales de la aurora.

Orgullo de puñales, arma de bombardeos 
con un cáliz, un crimen y un muerto en cada uña: 
ejecutoras pálidas de los negros deseos 
que la avaricia empuña.

¿Quién lavará estas manos fangosas que se extienden 
al agua y la deshonran, enrojecen y estragan? 
Nadie lavará manos que en el puñal se encienden 
y en el amor se apagan.

Las laboriosas manos de los trabajadores 
caerán sobre vosotras con dientes y cuchillas. 
Y las verán cortadas tantos explotadores 
en sus mismas rodillas.

[15 de febrero de 1937]

Pintura: Alexander Grebenyuk y Fox